Venezuela es el campeón

El título fue finalmente para Venezuela, que desde atrás llegó a la final y se la quedó, golpeando en el momento justo y defendiendo excelente en las últimas entradas, las decisivas cuando con escaso margen hay que aguantar la presión, en este caso de un gran rival como Brasil.
Fue 3 a 2 y está bien por este juego y está bien por el resto del torneo, porque debemos ser objetivos y más allá de reconocer los enormes méritos del equipo argentino, tanto Brasil como el campeón fueron superiores por mas compactos, por riqueza técnica y porque en los momentos de decisión no se equivocaron como lo hizo nuestro equipo.
Venezuela, que había cedido en el round robin los dos juegos ante el local, esta vez no lo dejó pasar, ganó 8 a 1 en la semifinal y el trámite tuvo muchos pasajes parecidos a lo que el equipo había mostrado la noche anterior ante Brasil.
El certamen terminó de forma brillante. A pesar de que no estuvo Argentina en la final, el público no dejó su lugar, ni siquiera cuando terminó el juego. Entregado el último premio, tomada la última foto, ofrecido el último saludo, ahí el “Arnaldo Gómez” empezó a silenciarse. Un rotundo éxito de la organización, que presentó un escenario impecable, una logística adecuada y aprobó el examen para su primer gran desafío internacional. Ya habrá tiempo de ahondar, aunque preferimos que sean ustedes, los lectores, los que opinen.

El premio a la mejor bateadora (tomado sólo el round robin, como es de estilo) fue Fabiana Hernández, de Venezuela, que en 14 turnos útiles bateó siete hits con un average de .500; los otros dos premios también fueron para jugadoras del campeón, la mejor lanzadora Mary Luz Torres y la más valiosa, Ingrid Escobar, que en la final dio un impresionante triple que dio en la barda y por milímetros no fue un vuelacerca.
Podríamos hacer una larga crónica de la final. Tal vez alcance con decir que jugaron muy prolijo, que ambos equipos buscaron por todos los caminos pero las defensas estuvieron muy sólidas. Venezuela bateó más, poco más, pero las combinaciones hicieron tomar esa leve ventaja, tan leve como definitiva.
Argentina fue casi una copia de la noche anterior. Errores parecidos y una muy escasa ayuda a Sciuto, que hizo toda la ruta cargando con la derrota, fueron la postal. Vicki ponchó a 5, otorgando sólo 2 boletos y permitiendo 5 imparables, cuatro sencillos y un doble. La planilla está plagada de anotaciones de errores y preferencias de fildeo, de batazos al infield mal resueltos.
Por el otro lado, Argentina dio tres hits, un tremendo triple de Sciuto para impulsar la única carrera (Flor Aranda en la segunda después de recibir boleto gratis), un sencillo de Dolores Fernández en el tercero y otro single en solitario de Julieta Peñarroya en la alta del séptimo, cuando ya todo era una utopía.
Fracasó Argentina?. Para nosotros la respuesta es un rotundo no. Hubo un equipo, con aciertos y errores, con una línea, una idea. Jugadoras que hicieron de esto una valiosa experiencia, jugadoras que rindieron tanto o más de lo que ellas se esperaba y otras que estuvieron por debajo. El torneo fue un fin en sí mismo, no había boletos en juego para otras instancias, sólo un título que no pudo ser y que no era el principal objetivo.

La fiesta pasó, terminó esta noche y aunque sigamos hablando de ella, es historia. Dejó mucho de positivo para nuestro equipo nacional, sin dudas, pero lo que más nos importa es lo que dejó ya mismo para el sóftbol de La Pampa y lo que ahora la FPS (que somos todos) debe capitalizar.