viernes, 25 de febrero de 2011

Una cena en Pichincha


A la tardecita de ayer empezó a bajar la presión. Con el alta de “Pichi” Cerezal y la seguridad del bienestar de los dos internados, que quedaron en observación, casi volvió la normalidad.

Quiso el azar que por cierta cercanía con uno de los hospitales, el grupo quedara anclado en Rosario en un hotel del barrio de Pichincha, entre otras cosas conocido en el país y más allá por ser el natal del genial Negro Olmedo. A pocos pasos de la Estación Callao y en una zona de bares, pubs y boliches y antros por el estilo (¿ alguno habrá incursionado?) la cena tuvo cierto sabor a ese festejo del que hablábamos antes.

Con todo el mundo muy cansado, quiso cierta toque de suerte que cayeron casi todos en una esquina que lleva como nombre “La Esquina de Olmedo”. Un patio antiguo, con perfume de flores y un aire húmedo y agradable, mosquitos maleducados, buena comida (y buen precio, ¡cómo nos afanan en Santa Rosa !), Enzo y Pichi Cerezal estuvieron mezclados con el resto, con la normalidad que no tuvo el resto del día.
El par de fotos lo muestra.

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