Argentina vapuleó a Japón en 4 entradas, 12 a 2, y se instaló en la final del Mundial Juvenil ISF que se juega, y se define hoy mismo, en Paraná. Otra vez apenas una frase, otra vez un enorme significado para el sóftbol argentino, que no sólo ha organizado un gran mundial sino que esta cerca de ganarlo.
Todos deseamos que así sea, pero a esta hora en el mundialista, cuando se ha pactado un buen rato de distensión antes de meternos en las horas decisivas y finales, tenemos también tenemos ganas de dejar expresado, antes de saber el resultado final, que este proceso ha sido efectivo y exitoso.
Podrán ustedes decir que es una obviedad mencionarlo con el segundo escalón del podio asegurado. Y es cierto, pero aún así queremos refrendar con palabras escritas todo lo que hemos vivido en estos diez días soñados. Soñados durante el largo proceso desde la asignación de la sede como evento en sí y soñado por la manera en que están saliendo las cosas dentro de la cancha.
Si algo le faltaba a la organización para golpearse el pecho con su labor, es la increíble manera como recuperaron el maltrecho campo de juego del Nafaldo Cargnel después de la lluvia del viernes. La verdad, a media tarde de ayer cuando impiadosa caía sobre el infield del estadio, pensamos que era el final. Preferimos escribir que había que esperar y esa precaución nos salvó, pero de verdad poco creíamos. Vale también el concepto para los que trabajaron sobre el Plumazo. Ese único juego ahí desarrollado salvó al mundial, sencillamente.
En estas pocas líneas, los párrafos finales para el equipo y su tremenda apaleada sobre el complicado Japón. Vimos cómo Spotorno, Gamarci y toda su gente junto a las respuestas de los chicos le torcían la mano a los nipones por segunda vez en el torneo y tercera en quince días. No es fácil ver a los orientales rendirse y esta tarde aquí lo hicieron.
Quedó claro que en la parte final, cuando Mata otra vez dominaba al line y el número de carreras, a puro hit, se tornaba inalcanzable, prefirieron que el juego acabara pronto. Y así sucedió. Tenemos a la vista la planilla del juego y trasladar tanta información sería hasta tedioso, teniendo en cuenta el estado de ánimo que reina aquí.
En lo personal nos pasa que la gran alegría se mezcla con una gran paz. Tal vez porque lo que hizo el equipo en la previa (años de previa) y durante el torneo, así lo transmite y así lo vive.Acaban de retirarse sin mayores estridencias, para preparar la final. Confiamos en poder dar el grito grande e histórico, el de mayor intensidad. Pero si no es, créanos que lo que ya hemos atesorado hasta ahora es también grande e histórico. Nos reencontramos, pero ya no prometemos cuando porque la prioridad la tiene ahora compartir con los que hemos pasado estos días únicos.
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