Foto Der. : Jesús “Tato” Mario levanta el trofeo de campeón argentino de cadetes de 1985, un hito fundamental en la historia de más de medio siglo del sóftbol pampeano.
Foto Izq : Las caras de pibes de “Charra” Ganora, Darío Pérez, “Laucha” Feniniger y Lucio Menú hablan por sí solas, Un hallazgo en el archivo, juntos (los tres primeros) los que siguen hoy jugando a 25 años de aquel Título.
Hace muy poquitos días atrás, concretamente el 17 de este noviembre, se cumplieron 25 años del primer logro a nivel argentino del sóftbol pampeano, el título de campeones argentinos de cadetes, masculino, que...
en esa oportunidad se jugó en casa.
La larga historia de La Pampa en el sóftbol, con antecedentes de su instauración en el medio que largamente superan el medio siglo, recién muchos años después pudo registrar el primer hito trascendente, hecho que de ahora a hoy muy pocas veces se ha repetido: ganar un campeonato argentino de selecciones.
Hemos venido hablando de esta fecha, en lo domestico, con algunos de los protagonistas de aquella primera gran alegría y a la hora de sentarnos frente al teclado nos faltan algunos datos que la memoria no suelta cuarto de siglo después. Pero están los trascendentes.
Aquella primera consagración tuvo nombres y apellidos. Hoy, algunos de ellos, ya con otra obvia fisonomía, siguen firmes con el guante y la bola, jugando, como entrenadores y también, una constante en nuestro sóftbol, como dirigentes.
Aquel argentino tuvo por escenario principal la cancha del Club Santa Rosa, escenario fruto del esfuerzo de un puñado de jugadores que resultaron pioneros en el lanzamiento lento y que pasó a ser escenario de todos. Allí, el equipo que dirigió Angel Yórgovan, acompañado por Norberto Mayoral como coach, venció a Capital Federal (que así se denominaba entonces) en el juego final, con un notable trabajo del lanzador Jesús “Tato” Marío, muchos años después trágicamente desaparecido en un accidente que lo sorprendió mientras hacía su trabajo.
De aquella final nos queda el recuerdo de un gran partido, ante un rival de un muy buen nivel, y la alegría del final, la vuelta olímpica, la entrega de premios y la caravana por el tranquilo centro de una ciudad casi vacía en aquel mediodía de domingo, que terminó con otra vuelta olímpica solitaria del grupo en el viejo “Home Rume” de Villa del Busto, el escenario donde habitualmente jugaban y se prepararon esos chicos, que por entonces debían respetar el límite de los 15 años que el reglamento imponía a la categoría, la menor que por esos años tenía competencia nacional.
Diez años antes, en 1975, La Pampa participó por primera vez en cadetes a nivel nacional, en un torneo que se jugó en Santiago del Estero. Después de algunas actuaciones donde se estuvo lejos del podio, el trabajo de inferiores de esos años empezó a dar frutos y aparecieron generaciones de jugadores con capacidad y los resultados mejoraron hasta llegar a lo máximo en ese noviembre del 85.
Repasando la nómina de jugadores de aquel plantel, hoy todavía siguen jugando Darío “Laucha” Feininger, Darío Pérez y Cristian “Charranga” Ganora, mientras Angel Yórgovan sigue ahí, en su puesto de manager de las inferiores de All Boys.
El equipo que jugó la final fue Darío Feininger en 2° base; DaríoPérez como cátcher, Jesús “Tato” Mario como pitcher, Fernando “la chancha” Recalde como fielder derecho; Rodolfo “Rolo” González como fielder centro, Rubén “la mona” Pereyra como fielder izquierdo, Marcos Mayoral en tercera base, Walter Weispek en el short stop y Martín Di Pietro en primera. Integraron además el plantel Pablo Morales, Lucas Alvarez, José “Batata” Fernández, Lucio Menú, Cristian Ganora, Bonemezón y Claudio Massara, este último varios años después destacado pitcher internacional con la selección argentina de mayores.
En alguna próxima entrega, prometemos, ofreceremos más detalles de aquella hazaña que resultó la primera y, es nuestra obligación, debemos mantener viva en el recuerdo del sóftbol pampeano.
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