Después de doce horas y con una noche de
por medio, sin dudas que las pulsaciones han bajado y la noche de anoche
quedará ahora guardada por mucho tiempo en nuestro registro. Hablaremos, en
años por venir, de aquel juego en el mundial que Argentina dio vuelta y le ganó
a México.
Claro que ahora van pocas horas y que el
mundial sigue. Sigue en su conjunto, pero para muchos, entre ellos nos
anotamos, creen que el verdadero empieza mañana y que algunos juegos y
situaciones apasionantes se dieron en esta parte como una suerte de aperitivo
de los tres días finales.
Es que además del duelo de anoche del
local, mas los juegos ante Japón y Canadá y un par de choques más que se dieron
y resultaron de alto nivel, no hubo mucho para sorprenderse. Eso no ha
implicado que nos hemos aburrido. Un mundial no lo permite, por lo menos este.
Aquella victoria de Dinamarca sobre Venezuela, el choque Australia-Nueva
Zelanda y cada presencia de India y Paquistán son ejemplos de ello.
Pero volviendo al juego de anoche, ahora
sí hay un espacio para alguna reflexión y para mostrar números, tan evidentes
en nuestro deporte.
Lo primero que aparece es ese marcador
final, repleto de carreras. Y todos sabemos que cuando hay muchas, es que hubo
facilidades para batear y, generalmente, los consabidos errores cuando la
pelota está mucho en juego por esa circunstancia.
Si a ese concepto le añadimos que pasaron
por el círculo, con diferente casaca, ocho lanzadores, ratificamos que no de
anoche no fue común.
Observándolo desde el lado de la
nacional, y hablando de la mitad del vaso lleno, podríamos argumentar que el
equipo tuvo personalidad (huevos, bah…) para sobreponerse a la adversidad y
también respuestas deportivas para zanjar sus propias fallas. Si vemos la otra
mitad, luces por lo menos amarillas se encienden por esos errores defensivos y
por cierta irregularidad en el line-up.
Obvio es que cuando se da una realidad
como la del martes en el Cargnel, está siempre una realidad emparentada por la
otra. Del lado mexicano, aún deben preguntarse en qué fallaron y no pudieron
cerrar el juego. El tren pasó más de una vez para los centroamericanos. Lo
tuvieron para el KO en el quinto y volvieron a fracasar, y feo, en sexto y
último episodio viendo como se esfumó una renta de 8 carreras, si, 8 carreras.
Irreprochable esta vez, para nuestro
gusto, la tarea del dogaut, aún cuando sabemos de la preocupación de los que
tiene a su cargo el staff de pitcheo. Está claro que anoche no estaba en los
planes utilizar a Huemul Mata, hasta acá la carta ganadora del equipo. En una
lógica más que razonable, recién cuando el resultado volvió a estar a tiro se
decidió llamarlo al bull pen, quitándolo del jardín izquierdo donde lo ubicaron
para aprovechar su bate.
Anoche, Spotorno, Gamarci y el resto
hicieron todo lo posible para corregir las fallas y encaminar la suerte. Todo,
pero sabemos que llegado un punto los jugadores deciden adentro y sólo resta
esperar. Con el diario del lunes parece fácil, pero anoche creemos que hicieron
todo lo necesario y además las cartas respondieron.
Tras el juego dijimos que había muchas
cosas para provocar el desvelo de este cuerpo técnico, siempre atento para
cumplir los planes y para timonear si hace falta. En ese deben estar porque
ahora viene el mundial de verdad. Sin quitar un ápice de lo logrado, el
resultado histórico de ganar la zona en un mundial, todos tenemos que tener en
claro que ahora empieza el mundial de verdad, a todo o nada.
Sabemos que el campamento argentino, su
cabeza, lo tiene muy en claro y que son horas de trabajar en la cabeza de los
chicos para que ellos también lo asimilen. De nuestra parte la modesta
colaboración puede estar en advertir que cierto aire de triunfalismo puede ser
perjudicial para la escuadra argentina y que mañana, el en primer cruce de play
off los pibes no necesitan presión, sino aliento.
Para terminar veamos los números. El
abridor mexicano Julio Rodríguez, que debió volver en el tramo final, completó
4.2 entradas con 3SO, 4BB, 5H y 7 carreras permitidas. Su primer relevista,
Jonathan Muñoz lo hizo en 2.2 y totalizó 2SO, 0BB, 4H y 6 carreras y Ricardo
Leyva en 0.1 entrada se fue con todos los departamentos en blanco.
Por el lado de Argentina, el abridor Pablo
Masmú lanzó 0.1 entradas con 1SO, 1BB, 3H y 3 carreras, Lo suplantó Pablo
Migliavacca que en 1.0 entradas totalizó 2SO, 1BB, 6H y 3 carreras. Vino luego
Franco Gini por 1.0 episodios y quedó con 2SO, oBB, 2H y 2 carreras permitidas.
A su turno, Martín González en 2.2 innings sumó 5SO, 1BB, 1H sin carreras y
cerró el que a la postre fue el pitcher ganador, Huemul Mata, que trabajó 1.2
entradas con 2SO, 0BB, 4H y 2 carreras permitidas.
Con el bate, ya destacamos anoche la tarea
de Juan Zara, con 3-5, dos sencillos y un cuadrangular con 4 carreras
impulsadas y tres anotadas. Huemul Mata volvió a destacarse, con 2 de 4, dos
anotadas y dos impulsadas. En su único turno, Daniel Aranaz dio un doblete
vital, que impulsó la del empate, jugada que además derivó en un error que Mata
aprovechó para pisar el plato y poner a Argentina arriba 11-10, después de ir
en desventaja desde el primero.
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